Reseña de «Voices from the street» de Philip K. Dick

Van quedando menos, la verdad. Ya os conté que soy fiel seguidor del maestro Philip K. Dick. Creo que he leído todas sus novelas y relatos de ciencia ficción y se me puede considerar casi un incondicional. En cuanto a sus aproximaciones a la narrativa general, a la literatura mainstream de la época fuera del género que le hizo famoso, también he ido haciendo los deberes. Creo que he leído la totalidad de sus novelas que han sido publicadas en español. Así, de memoria: Ir tirando, Mary y el gigante, Confesiones de un artista de mierda y La burbuja rota.

Asimismo, leí recientemente la que se considera su primera novela, también fuera de la sci-fi. La reseñé por estos lares, y si algún día la traducen podría ser algo como Reuníos o Reunanse, me refiero a Gather Yourselves Together. Es un juego de eliminación y ya me va quedando menos de Phil. No está lejos el día en el que no haya nada de él disponible, pero entonces siempre podré abrazar las relecturas (cosa que ya he hecho con algunos de sus célebres libros).

Ahora tocó Voices from the street. Voy por orden cronológico, al menos de escritura, y abordo las pocas novelas que me quedan, a estas alturas todas fuera del género. La presente fue la segunda que escribió, aunque durante un tiempo algunos estudiosos del autor la consideraron la primera, hipótesis que está a día de hoy descartada según la información de la Scott Meredith Literary Agency.

Una vez que os he puesto en contexto, voy a hablaros de esta Voces desde la calle, que es como la traduciría si saliese alguna vez en nuestro idioma y luego os explico por qué.

Libro de Philip K. Dick
Voices from the street fue escrita en 1952 por un joven Philip K. Dick, que por aquel entonces contaba con poco más de veinte años. Como os comentaba, se trata de una novela de narrativa general, que era en lo que el incipiente Phil trabajaba en esa época. Es cierto que ya había vendido unos cuantos relatos de ciencia ficción a varios magazines pulp de entonces, pero estaba centrado en escribir y publicar novelas de literatura contemporánea. De hecho, ya había completado Gather Yourselves Together, de la que esperaba que le dieran la luz verde para su publicación y seguía trabajando con esperanza en obras como la presente.

Voices from the street se diferencia en un aspecto de las otras novelas que no son de ciencia ficción de Philip K. Dick. Creo que debe ser de las más extensas, por no decir directamente la más extensa. Debe andar cerca de las 130.000 palabras. La anterior rondaba alrededor de las 100.000 y otras que recuerdo se mueven entre las 80.000 o 60.000. La novela se publicó de manera póstuma por Tor Books en 2007. A dónde quiero ir es que en principio estos manuscritos de autores consagrados ya fallecidos no se tocan y son publicados tal cual. Es más que probable que en su día, y en manos de un editor y un proceso editorial convencional, le hubiesen sugerido algunos cambios y recortes.

Lo podríamos enmarcar en una suerte de realismo social. Vamos a seguir los avatares de la vida de Stuart Hadley, un vendedor de una tienda de radio y televisión en un Oakland de los cincuenta, rebautizado aquí como Cedar Groves. Algo así como un slice-of-life que hemos visto en teatro y en otras artes.

Es inevitable pensar hasta qué punto es autobiográfica. Sabemos que Dick trabajó por esos tiempos en un establecimiento de discos en Berkeley y que todo ese ambiente entre tenderos y toda la zona de entre Los Ángeles y San Francisco no le era ni mucho menos ajeno. Ahí dejo la puerta abierta a la opinión de cada uno. La mía es que tiene algunos disparadores creativos de su propia vida, pero diría que casi todo como mero punto de partida y se separa bastante del personaje.

Desconozco con certeza si hubo una corriente realista en la ficción post Segunda Guerra Mundial y si Phil se quiso apuntar a esa tendencia, quizá sea una posibilidad. Voices from the street es una novela que refleja ese Estados Unidos del momento y que ya deja entrever varias de las constantes que luego desarrollaría el autor en su obra.

La premisa básica es ese tal Stuart Hadley, que se erige en una suerte de beta de los protagonistas dickianos; perdedores entrañables que podríamos ser nosotros mismos o nuestro vecino de al lado, con algunas diferencias ya que lo lleva al extremo. Stuart cuenta con una vida aparentemente perfecta. Con una guapa mujer embarazada al principio de la novela, un trabajo estable y prometedor como vendedor en un comercio de televisores y él es un tipo bien parecido y con buena salud. ¿Cuál será el problema? Pues eso habremos de averiguar en esta historia de insatisfacción personal y frustración de un personaje tan complejo como a ratos polémico.

La pega principal de Voices from the street, y casi todas las novelas del autor de literatura general que fueron rechazadas en su día, es su extensión. Sobre todo en estas primeras, con casi toda seguridad se trataba de un escritor todavía en formación y sus obras primerizas pecan de exceso de pasajes y páginas. Aquí seguiremos el día a día de Hadley, sin saber en muchos momentos adónde nos quiere llevar Dick. Fragmentos algo inconexos con visita a su hermana y su cuñado, amigos judíos de cierta cultura que parecen aparecer y desaparecer, broncas y desencuentros con su mujer también intermitentes, una atracción por un culto religioso apocalíptico, una relación adúltera con una misteriosa mujer, borracheras y peleas desperdigadas y un conflicto al parecer sempiterno con su jefe, el señor Fergesson.

Voces desde la calle

Voices... es dura de roer. Y os lo dice un fan acérrimo de Dick. Soy consciente de que es una obra que por ritmo y número de páginas puede no ser plato de buen gusto para todos los lectores. Sin embargo, va mejorando hasta llegar a un crescendo en la parte final que creo que nos dejará satisfechos.

Stuart es un personaje central que a día de hoy podría dar lugar a la controversia. Es hasta cierto punto racista y antisemita, tiene algunos comportamientos con las mujeres que son cuando menos discutibles y en general muestra una insatisfacción vital que se mueve entre el descontento y la ira más profunda. Un tipo que el lector no acabará de comprender ni que probablemente ni él mismo lo hace. Con ciertos rasgos egocéntricos y con algunas inquietudes que pueden parecerles aires de grandeza a algunos. Hay que ponerlo todo en su contexto y estamos hablando de un personaje en la USA de los 50. De todas formas, la novela es cruda e incómoda, una cuestión que seguro que no ayudó a que los editores se decidieran a publicarla y que tuviera que estar casi sesenta años en un cajón.

Voices from the street es en parte una crítica al sueño americano y probablemente un grito de juventud fruto del descontento de su autor. Reflejado en un personaje que no logra encontrar su lugar en una sociedad en principio hecha a su medida. Fiel espejo, con toda seguridad, de las costumbres de aquellos Estados Unidos, con personajes y situaciones que son eco de un tiempo que ya no existe. Stuart trabaja en la tienda entre clientes y reparaciones de televisores y radios y en algún momento hace alusión a esas «voces desde la calle» que le llegan de afuera. Desde el mundo exterior. Como si su trabajo y su tedio allí fueran su propio micromundo del que quiere escapar y a la vez ser preso. De ahí el matiz de «desde» la calle que le daría a la traducción y al que aludía antes.

Esta novela también es precursora de muchos de los lugares comunes que Dick visitaría en su carrera literaria. Este Stuart Hadley no está lejos de otros «héroes» dickianos venideros, solo que en lugar de chocar contra la incomprensión social y los temores de lo cotidiano, se enfrentaban a distopías no muy distintas en el fondo, y reconocían otros rincones sombríos de un futuro que no dejaba de ser un reflejo del inquietante presente.

Incluso ya se apunta el interés por la religión y la ontología que apasionó a Phil, que le llevó a experiencias como todo lo narrado en La Exégesis. En Voices from the street encontraremos al personaje de Theodore Beckheim, que tendrá protagonismo en una subtrama importante para la novela. Stuart se interesará por un culto religioso llamado la Sociedad de los Vigilantes de Jesús, en el que este hombre negro es el mesías y una figura con una atracción magnética.


Muchas constantes están aquí esbozadas. Como su relación con Marsha Frazier, una delgada y enigmática mujer que es un prototipo todavía sin pulir de la clásica Dark Haired Girl que encontraremos en muchas de sus novelas.

Se trata de un libro curioso. Al principio se me atragantó, pero ahora, mientras escribo estas líneas y medito sobre él, más me gusta. La parte final tiene una gran fuerza narrativa, con el protagonista entrando en una depresión paranoide que le lleva a transitar por un infierno personal del que seremos involuntarios e incómodos testigos.

Voices from the street era arriesgada en su momento. Que apostasen por una novela de estas características de un autor todavía sin nada publicado aparte de algunos relatos no era sencillo. Es un libro hasta cierto punto desagradable, realista, inesperado, impredecible, amargo… Y a la vez esperanzador e incluso terapéutico.

Una obra con algunas aspectos que pulir, de un autor todavía novel pero que ya apunta el potencial que tenía un genio como Philip K. Dick y que sin duda demostró en las décadas siguientes.

¿Fue positivo que el autor fracasase en literatura mainstream? Creo que nunca lo sabremos. En principio sí, puesto que eso le llevó a centrarse en la ciencia ficción y convertirse en uno de los más originales y singulares escritores de la historia en ese género. Pero leyendo Voices from the street y reflexionando un poco, no puedo evitar preguntarme qué hubiera pasado si le hubieran publicado estas primeras obras y hubiese podido desarrollarse más como escritor de literatura general.

Quizá eso solo lo sabe el propio Dick, que tal vez lo vislumbró en algunos de los universos alternativos que visitó con su creatividad desbordante.


¿Te ha gustado esta reseña? Ya habrás comprobado que me encanta el autor. Incluso escribo algunas novelas cortas bajo el seudónimo de Alan Dick, Jr. Y sí, es un homenaje a Phil. Algunos me han dicho que tengo influencias de él, sobre todo en mis obras de ciencia ficción. ¿Quieres echarles un ojo? Puedes hacerlo aquí.

Alfonso M. González

Libro de Philip K. Dick

2007, Tor Books
2010, 
Tor Books