Reseña de «Los nenúfares hambrientos» de Lou Carrigan

Como bien sabéis, puesto que esta página tiene relación con los bolsilibros, en ocasiones os traigo reseñas de los clásicos. De los de verdad, podríamos decir... sin desmerecer a los que escribo y publico ahora, de nuevo cuño, y que están funcionando muy bien.

Mi intención es comentar aquí todos los que leo, aunque sea de forma somera. Sin embargo, no siempre es posible; otros compromisos me lo impiden. No obstante, hoy he encontrado un hueco para reseñar una obra del maestro Antonio Vera Ramírez, conocido bajo el seudónimo de Lou Carrigan. Tristemente, Carrigan vuelve a estar en boca de todos, ya que nos dejó recientemente. Aún recuerdo cómo, poco después de reseñar una de sus obras, Sol de medianoche, recibimos la noticia de su fallecimiento.

Bolsilibro de Lou Carrigan

Así que vamos a por Los nenúfares hambrientos, que es un bolsilibro especial dentro de la colección Selección Terror Extra de Bruguera. Esta serie se desmarcaba de los formatos habituales al incluir bolsilibros con el doble de páginas. Ya en los años 80, estas pequeñas novelas solían rondar las 96 páginas, pero estos volúmenes especiales contaban con 192, ganándose así el título de Extras.

Se dice que para algunos autores, tan acostumbrados a mecanografiar libros de un número determinado de cuartillas durante años, estos encargos especiales de extenderse al doble podía resultar un cierto desafío. No sería sencillo para aquellos prolíficos escritores, casi obreros de la palabra, salir de su zona de confort y de su arraigada costumbre y enfrentarse a esta longitud adicional. Sin embargo, Carrigan tenía quizá cierta experiencia: en su serie de la espía Brigitte Montfort, conocida como “Baby,” había trabajado con aventuras que abarcaban dos bolsilibros consecutivos. Aunque creo cada volumen era una novela en sí misma, con su correspondiente inicio, nudo y desenlace.

Los nenúfares hambrientos representa, curiosamente, la única incursión de Carrigan en estos especiales de terror de Bruguera. La historia arranca con fuerza. Silvan Wallen acude a su psiquiatra, la doctora Empire McKinley, en busca de ayuda, convencido de que, bajo los efectos de una droga afrodisíaca suministrada por el profesor Chesterton, ha cometido varios asesinatos. La atractiva doctora McKinley, decidida a llegar al fondo del asunto, emprende una investigación junto al apuesto abogado Scott Maning, unos personajes que, desde el inicio, dejan a las claras la tensión romántica que unirá a la pareja.

Estamos ante casi un thriller psicológico más que ante un libro de terror puro, un rasgo común de varias colecciones de Bruguera, que abarcaban híbridos de varios géneros englobándolos en la etiqueta de cada colección. Publicado en 1983, por lo tanto uno de los trabajos de un Carrigan, autor prolífico y tenaz, con mucha experiencia ya en este oficio y que contribuyó incansablemente a la literatura pulp nacional durante décadas.

Los nenúfares hambrientos destila esa esencia de los dramas de crimen y misterio de los años setenta y ochenta, con un toque de serie de televisión, película o incluso telefilme. No sorprende, considerando que Carrigan también escribió guiones de cine, y aquí logra capturar esa atmósfera de la pantalla que nos mantiene atrapados página tras página. Otra de las características del presente bolsilibro es, quizá, la influencia del destape cinematográfico tras la muerte de Franco, que influyó en otras obras, en este caso literarias. Carrigan se mueve en esas lides como pez en el agua. Los autores de estas publicaciones de quiosco podían ser más explícitos en temas eróticos e incluso sexuales, y aquí vamos a encontrar ese avance respecto a la censura o el recato que exhibían otras de estas novelitas publicadas años atrás.

El bolsilibro se despliega en torno a una investigación en la que los protagonistas se ven arrastrados a un torbellino de eventos que los obligan a actuar al margen de las autoridades. La historia sigue el esquema de un misterio que se abre paso hacia otro, mientras el rompecabezas se vuelve más complejo y fascinante. Carrigan mantiene el ritmo con habilidad, sin apenas altibajos, lo que hace que sea difícil abandonar el libro.

Antonio Vera Ramirez

Antes aludía a la falta de recato en cuanto a los temas erótico-festivos en esta novela corta. Lo mismo sucede con los pormenores de naturaleza terrorífica, sangrienta y otros detalles relacionados con los cadáveres y crímenes que se cometen. Algo simplemente impensable a día de hoy, apostaría. Con una crudeza en algunos pasajes de las tropelías que comete el asesino de esta historia. Aunque sea ficción, me da la impresión de que hay cosas que en la actualidad no se permiten. Así que leer este tipo de obras no deja de ser curioso, donde lo viejo está más a la vanguardia o libre de censuras que lo actual...

Como mencioné, Los nenúfares hambrientos comienza de forma espectacular, tanto... que le resulta imposible mantener del todo la intensidad inicial. Es una lectura entretenida y digna de elogio, aunque las promesas del arranque tal vez sean demasiado altas para sostenerse a lo largo de todo el libro y acabar saldadas con un payoff digno. Es como si Carrigan fuera añadiendo giros y misterios, ya que hablábamos de cine, en una suerte de raise the stakes continuo, hasta llegar a una conclusión que, aunque correcta, se puede sentir algo forzada. Sin tratar de desvelar mucho, imaginad que en el tramo final uno de los personajes se viera en la necesidad de explicar minuciosamente todo lo que ha ocurrido, rompiendo un poco la naturalidad que tanto nos había atrapado...

A pesar de ello, Los nenúfares hambrientos es un bolsilibro de gran calidad, una historia detectivesca y casi policial, donde el horror se entremezcla con crímenes espantosos y descripciones crudas. Carrigan no se anda con rodeos a la hora de mostrar los detalles sangrientos y macabros de los asesinatos, en una praxis que hoy podría enfrentarle a la cultura de la cancelación. También está la tensión sexual latente entre los protagonistas, un recurso clásico que aquí el autor resuelve a mitad de la trama para centrarse en otros aspectos.

Para finalizar, estamos ante una obra genuina del pulp nacional, escrita por uno de los mejores autores que hemos tenido en este particular formato: Lou Carrigan. Una lectura que satisfará a los amantes del suspense, lo macabro y el terror, con un aroma de nostalgia por esa época en un nicho que por aquel entonces apenas conocía barreras. 

Espero que te haya gustado esta reseña. Si es así, te recuerdo que este humilde servidor también escribe bolsilibros bajo el seudónimo de Alan Dick, Jr.. ¡A día de hoy! Si quieres echarles un vistazo, pulsa aquí.

Alfonso M. González

Los nenúfares hambrientos

1983, Bruguera. Colección Selección Terror Extra nº 14. Ilustración de la cubierta: ??