Reseña de «Las guapas mueren primero» de Silver Kane

Entre la acción y la travesura. Obra descarada, típica del autor

Siempre acabo volviendo, de una manera u otra, a los bolsilibros. Leer una de estas novelas cortas tiene algo de balsámico, sobre todo después de enfrentarse a un libro extenso o de mayor profundidad. Aportan esa frescura y ese alivio de un entretenimiento honesto, directo, que casi nunca defrauda.

Portada Las guapas mueren primero Silver Kane bolsilibro Bruguera
Cubierta de Las guapas mueren primero (Bruguera, 1979)

Un autor con su propio universo

De la misma forma, regreso de vez en cuando a Francisco González Ledesma, el gran Silver Kane, que escribió profusamente en este formato. Se podría decir que, además de cultivar los géneros habituales, terminó desarrollando una suerte de universo propio, con sus códigos y sus claves. O mejor dicho, subgéneros de propio cuño dentro de los géneros habituales.

Creo que ya he leído cerca de un centenar de sus novelitas, y la conclusión es clara. Ledesma siempre lograba crear sus propios subgéneros dentro del género que tocaba. Al menos, es la impresión que poco a poco he ido formando. Sirva un ejemplo fácil, el western. Tiene crepusculares, clásicos, otros mucho más humorísticos, incluso disparatados, y probablemente algún otro tipo con ciertas mezclas de varios…

Eso mismo sucede cuando se mueve en otras colecciones, que implican diversos géneros. En terror, no es raro dar con bolsilibros muy traviesos y desenfadados; otros, algo más elaborados... Y, en realidad, lo mismo ocurre con el espionaje, la acción y casi cualquier campo en el que se adentrara.

El bolsilibro: puro pulp vernáculo

En Las guapas mueren primero nos encontramos con la versión más divertida, descarada y, me atrevería a decir, gamberra de Silver Kane. Esta vez, dentro del espionaje, bajo el amparo de la colección Servicio Secreto.

El bolsilibro arranca con ritmo frenético, humor irreverente y ese punto de desparpajo tan propio quizá de la España de finales de los 70. El protagonista es un abogado calamitoso de San Francisco —¿quizá alter ego de Ledesma en algún rincón de su imaginación?— que se ve envuelto en un caso que le llevará hasta Los Ángeles.

No falta ese inevitable tono erótico-festivo. El protagonista es, en efecto, un auténtico "picha brava", y la novela, narrada en primera persona, deja un reguero de féminas que caen rendidas a sus pies. Pero, a diferencia de lo habitual en esa época, aquí las mujeres no son meras “víctimas” del machismo tradicional, sino personajes que deciden, que buscan su propia satisfacción y que, en más de un caso, acaban usando al pobre abogado irónicamente como… bueno, como “hombre objeto”. Todo en tono de broma, por supuesto.

El arranque resulta realmente prometedor. Una mezcla de historia ligera y desenfadada, aderezada con reflexiones del narrador autodiegético envuelto en crímenes, casos imposibles y despampanantes compañeras de viaje. Por supuesto, no faltan el peligro ni la acción.

Francisco González Ledesma, alias Silver Kane
Francisco González Ledesma, autor (Silver Kane)

Virtudes, defectos y la necesidad de entregar a tiempo

Eso sí, la novela se va precipitando sin freno hacia unos derroteros de los que nunca termina de remontar. Y, en cierto modo, me alegra que esto pase a veces; es un recordatorio de que, incluso los considerados maestros del bolsilibro, eran humanos. Como escritor, me parece casi heroico lo que conseguían entregando novela tras novela, semana tras semana, durante años. No es extraño que alguna historia termine más atropellada de lo previsto, o que los argumentos pierdan el rumbo sobre la marcha.

En principio, la trama principal gira en torno al robo de varios millones de dólares ocultos en una caja fuerte, pero las subtramas se amontonan, las siembras quedan desperdigadas, y cuando Kane intenta reaccionar, resulta ya imposible cerrar todo como debía en la extensión que le resta. Opta entonces por rematar lo mejor que puede dando un volantazo con la principal.

¿Significa esto que la novela sea mala? En absoluto. Simplemente confirma que, como en toda producción masiva, hay bolsilibros mejores y peores. Estos escritores eran auténticos currantes de la máquina de escribir. A veces más inspirados, habitualmente entiendo que exhaustos, siempre cumpliendo con la entrega en fecha.

No olvidemos que, como Ledesma, no eran pocos los que tenían otros oficios y escribían estas novelas como segunda ocupación y robando horas al sueño. Así que, llegados a este punto, lo raro sería que no hubiera finales acelerados, pistas que se pierden o flecos que quedan en el aire.

En esas décadas, en ese formato, no había tiempo para reescribir ni mirar atrás. Página terminada, a por la siguiente.

Las guapas mueren primero sigue siendo puro pulp de casa, divertido, entretenido, y aunque no sea redondo, te dejará, a buen seguro, con una sonrisa en los labios.

Más sobre el autor y enlaces de interés

Si te ha gustado esta reseña, puedes ver algunos bolsilibros que he escrito, en parte es posible que inspirados por la obra de este autor. Descúbrelos aquí.

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Ficha técnica

  • Título: Las guapas mueren primero
  • Autor: Silver Kane (Francisco González Ledesma)
  • Año y editorial: 1979, Bruguera
  • Colección: Servicio Secreto nº 1517

Alfonso M. González "Alan Dick, Jr."